sábado, 4 de agosto de 2007

Carta para la Nala


Nalita mia:
Por todo lo feliz que me haz hecho, por todas las sonrisas que me haz sacado quiero dedicarte unas líneas.
Primero que todo pedirte perdón por lo poco que te he pescado las últimas veces que he estado en Punta Arenas. Para intentar compensarte te prometo lo siguiente:
- La próxima vez que estemos juntos te sacaré a pasear todos, todos los días.
- Seré yo quien te sirva la comida.
- Gestionaré una visita al campo para que puedas correr, cagar y mear con total libertad.
- Por último le haremos una broma a alguien de la casa.
Los Recuerdos
Se me vienen a la mente grandes recuerdos. Como cuando le mordiste el culo a una compañera de curso. Más que un ataque, fue una advertencia. Ni siquiera le tocaste la raja sólo le sacaste un pedazo del pantalón ¡Qué precisión!
¿Todavía le sacas el envoltorio con la ayuda de tu trompa y de tu pata a los bonbones antes de comértelos?
El Intento de Asesinato
Finalicemos con el mejor de todos, el ataque a Cierpe. la Puerta de tu patio es ta hecha de vidrio, pero de un vidrio especial aquellos que no se rompen con nada. Pero tú, intuyendo las intenciones del delincuente y haciendo gala de tu gran estado físico lo rompiste de un salto.
Lamentablemente, el ataque no alcanzó la yugular del asaltante. No obstante, nunca más se metió en tu territorio.
Ha sido tu mejor ataque, digno de un Borgia. ¿Resultaste herida al romper con todo tu cuerpo un ventanal? Sólo un rasjuño en la pata, dijo tu médico veterinario.

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