lunes, 17 de septiembre de 2007

¡Organiza tu futuro esplendor mierda!

No sé si es propio de los genios o de los tarados equivocarse en lo más simple y acertar en lo más complejo. Lo cierto es que esto siempre me pasa. El más claro ejemplo es lo que me ocurrió el semestre pasado con dos pruebas “Solemnes”.

La primera consistía en leer no más de 15 páginas de un texto relacionado con el periodismo interpretativo, mientas que la segunda en realizar un reportaje de 25 hojas. ¿Qué medio publica un trabajo tan extenso? Bueno ese es otro tema…

El asunto ocurrió así: en la primera me saqué un 1,5 y el la segunda un 5.0. El texto lo leí- no detenidamente pero lo estudié- Por su parte el reportaje lo empecé a escribir el día antes a eso de las ocho de la noche, sin embargo, fui la segunda o la tercera mejor nota.

Esta ha sido la tónica de mi vida en los últimos cinco meses. ¿Cómo se explica que realice buenas noticias y reportajes para un medio de economía y me saque un 1,5 en una mierda de prueba sobre periodismo interpretativo? La respuesta es muy simple, hasta un diputado UDI se da cuenta.

Siempre existirán cosas que no nos gusta hacer, pero hay que hacerlas. Los trámites tediosos están en todas partes. Incluso en nuestras actividades favoritas y en la realización de nuestras ansiadas metas. Cuesta mucho bancarce este asunto. Hasta el momento a mi me ha superado.

Si a lo anterior le sumamos mi eterna desorganización- que una vez al mes hace que tire todo a la mierda para realizar una o dos tres cosas complejas e importantes- el escenario es preocupante, muy preocupante.

El talento no vale nada si no va de la mano con el esfuerzo. En mi caso poseo las dos virtudes. Pero me desconcentro, me desconcentro y me vuelvo a desconcentrar. Esto a largo plazo podría tirar por la borda todo lo logrado. Pero estoy tranquilo, me lo tomaré como una venganza. La suerte está echada, y no soy el único que lo dice.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Mi amiga Verónica

Desde vacaciones de invierno que deseaba escapar un rato de Santiago. Durante los último 4 meses que no salía siquiera del centro de la ciudad. Las calles Alameda, San Antonio y República me tenían atrapado. Como me dijeron por ahí, subo Plaza Italia sólo para hacer entrevistas.

Quería irme a Viña del Mar a respirar un poco de aire puro. Lo que menos quería hacer era carretear, por lo que visitar a Tuka- un jugador empedernido- quedaba totalmente descartado. Fue entonces cuando en el MSM me encontré con mi amiga Verónica.

A la Verito la conocí hace años, cuando ambos éramos chichas y compadres de “la promo hecha”. Hoy la cosa es distinta. A mi hace tiempo-salvo en contadas ocasiones -que el copete dejó de estimularme. Me gusta más el Shoop y la cerveza artesanal. En el fondo estoy más pituco o socialista renovado, algo así como jurel tipo salmón. Por su parte ella siempre ha sido cuica, pero ahora se le nota, por lo menos a mi hoy se me hace evidente.

El asunto es que le pregunté como que no quiere la cosa, ¿cuando me vas a invitar? A lo que me contestó “ven cuando quieras”.

Luego de mucho suspender mi viaje el viernes pasado tomé un bus a Viña a las 8 AM. Mandé todo a la mierda. Bueno llámese todo a cualquier cosa menos a DiarioPyme, es decir, a la Universidad. Esa mañana conversamos sentados en la Avenida Perú, almorzamos y fuimos a buscar a Vicente, el hijo de la Vero.

Es uno de los niños más lindos que he visto, principalmente por su eterna sonrisa que no desaparece de sus labios ni siquiera cuando habla. Me llamó mucho la atención que teniendo sólo un año y nueve meses no llorara nunca. Si hasta cuando se mandó un porrazo no dijo ni pío. Se limitó a pararse a seguir su marcha por el Zoológico de Quilpue. Sin embargo, nada es perfecto. La ballena azul no se encontró…

¡Grande Vero! Gracias por abrirme las puertas de tu casa, por dejar que tu hijo se duerma en mis brazos y por permitirme enterarme del tiempo a través de la ventana de tu cocina. En fin, gracias por conservar intacta la amistad a pesar de los años.

Un beso y nos veremos pronto.

Chuarrasca te amo, anónimo.